Una de las dudas más frecuentes ante la escalada del precio de la luz es: ¿está la vivienda consumiendo energía renovable o no renovable? Aunque parezca mentira, el objetivo marcado hace unos años por la Unión Europea se está cumpliendo: cada vez se consume más energía limpia. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar los objetivos de Bruselas.
España, el cuarto país con mayor peso en energías renovables
Si de algo puede presumir España, en este caso, es de no salir tan mal parada dentro del uso de las energías limpias: ocupa el cuarto puesto en el "mix" energético. De hecho, durante los años 2020 y 2021 las energías verdes superaron a las no renovables en la UE, y la tendencia se mantiene en 2022. Dinamarca encabeza el ranking europeo con un 61% de consumo de energías verdes. seguido de Irlanda, Alemania y España, donde el peso está en torno al 30%.
De hecho, la eólica ha subido, en apenas dos años, en un 10%. No obstante, diferentes estudios apuntan que España podría, todavía más, incrementar su cuota de consumo de energía eólica y solar teniendo en cuenta el viento que sopla en determinadas zonas (Cantábrico o el valle del Ebro, por ejemplo) o la gran cantidad de horas de sol que se disfrutan en la mitad sur de la Península. Además, Italia y Portugal, pese a contar con un clima muy parecido al de España, desde 2015 apenas han incrementado el uso de las renovables.
En la otra cara de la moneda están Eslovaquia y República Checa, que apenas consumen un 5% de energías limpias. En general, el reto de todos los países comunitarios es cumplir la estrategia europea.
Futuro de la energía renovable
La hoja de ruta, marcada desde Bruselas, está clara: en el ejercicio 2040, el 60% del consumo energético debe proceder de fuentes renovables. Y eso será posible con el apoyo a las fuentes más limpias, tanto del sector privado como del público.
Por un lado, en los próximos años estará muy potenciada la energía solar. Se espera que el coste de la tecnología asociada a esta fuente renovable se reduzca, lo que facilitará la inversión en este segmento. Incluso los avances permitirán el almacenamiento del excedente de energía en baterías, algo que prácticamente no ocurre en la actualidad en las viviendas.
Por otro lado, se espera una progresiva apertura en el sector privado, especialmente en los domicilios particulares. Muchos paneles fotovoltaicos serán instalados en las azoteas para que las viviendas puedan disfrutar de electricidad propia. No es de extrañar que muchos ayuntamientos estén aprovechando las azoteas de los equipamientos públicos para instalar placas solares, en algunos casos gracias a la llegada de fondos europeos.
Ventajas de las renovables frente a las no renovables
Uno de los beneficios más destacados es que contribuyen a producir energía de una manera mucho más sostenible. Especialmente, si se compara con otras fuentes. No emiten gases de efecto invernadero, aunque para fabricar componentes sí usan materiales que tienen un apreciable impacto ambiental. Por otro lado, no producen residuos peligrosos, algo que sí ocurre, por ejemplo, con la energía nuclear.
Si por algo son valoradas por todo el mundo es porque son fuentes que no se agotan. Aprovechar los recursos que nos proporciona la naturaleza, como el sol, el agua o el viento, es un aspecto a tener en cuenta. Los yacimientos de combustibles fósiles, que están formados desde hace millones de años, pueden utilizarse solo una vez, mientras que la regeneración de las energías renovables es un hecho, ya sea de manera natural o artificial.
Por si fuera poco, la energía renovable se puede desplegar casi a cualquier escala. Por lo tanto, puede prestar mejor servicio de manera descentralizada. Es decir, pueden construirse grandes parques de energías renovables, pero también puede potenciarse el consumo entre particulares y organizaciones.
En último lugar, los costes marginales son prácticamente inexistentes. Los costes energéticos se reducen en un 20% a medida que se van implementando las renovables. La transición energética, de esta forma, se acelera a medida que el ahorro llega tanto a las instituciones como a los particulares. Este es un aspecto crucial, puesto que el elevado precio de la luz se achaca a los costes marginales por la dependencia que tiene España del gas.
Menor dependencia de terceros países
Este es un aspecto que también merece la pena destacar. Es una gran ventaja para países como España, en los que se depende tanto de otros para el suministro de gas y de petróleo.
Los recursos renovables se encuentran disponibles, ya sea de manera directa o indirecta, en todos los territorios. Al no contar con grandes yacimientos de gas o petróleo, la reducción de la dependencia de países terceros será clave para evitar problemas geopolíticos, además de para mejorar la balanza comercial.
Energías aliadas contra el cambio climático
Era y sigue necesario potenciar estas energías para luchar contra los efectos del cambio climático. Una lucha a la que se deben sumar tanto ciudadanos como empresas e instituciones. El efecto que el ser humano está provocando sobre el planeta, con temperaturas medias cada vez más elevadas, es muy peligroso para la salud y para el futuro de todos (sobre todo, de las siguientes generaciones).
Ante esta tesitura, el camino adecuado es la sustitución de las energías convencionales por renovables. Sin embargo, los expertos apuntan a que hay que concienciar a la población para que haga un uso más razonable de la energía renovable. Impulsar una transición energética justa es uno de los objetivos o prioridades que deberían establecer los gobiernos. Pero también lo es crear una "cultura energética" que haga ganar en eficiencia y consiga reducir el consumo energético.
¿Se consume energía renovable o no renovable? Las energías verdes cada vez tienen más peso en el consumo energético en España. Eso sí, queda todavía mucho camino por recorrer para que los beneficios, tanto de las renovables como de la transición energética, se noten con mayor fuerza.